Reseña: La mala semilla

Título: La mala semilla

Autor: William March

Editorial: Alianza Editorial

Páginas: 256

Precio: 5,29€ (TAPA BLANDA)

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Sinopsis: Rhoda Penmark es una niña modelo, estudiosa, educada, pulcra, aunque sus propios compañeros y aun algunos adultos perciban en ella algo turbio. Su madre, Christine, también advierte en ella ciertas cosas extrañas, comportamientos inquietantes, una frialdad, un egoísmo, una falta de empatía. Con su marido ausente por negocios, poco a poco entra en la terrible sospecha de que su hija puede tener algo que ver con algunos episodios terribles que han pasado por accidentales. En su soledad casi claustrofóbica, va progresando en su dolorosa y terrible averiguación, hasta que no puede seguir ocultándose que quizá sea la responsable directa de haber transmitido una mala semilla...

Opinión Personal: Distinguir la fina línea que delimita la conducta a veces egoísta de un niño de la de algo más profundo, oscuro y peligroso, emanando de el, no siempre es fácil. Christine, una madre que, en ausencia de su marido por motivos de trabajo, se hace cargo de su pequeña de ocho años llamada Rhoda deberá saber ver las señales y aceptarlas. Aunque ello conlleve aceptar su parte de culpabilidad.  

Antes de nada debo reconocer que si bien el título del libro me sonaba de algo, no tenía ni idea que existía una película. Lo que deja claro, que el libro es un clásico que tuvo el impacto suficiente en su momento como para tener su adaptación a la gran pantalla. De esto fui consciente antes de empezarlo a leer lo que me hizo preguntarme si conseguiría de alguna forma "entusiasmarme" tras tantos años desde su publicación. Más adelante os contestaré a esto. 

Christine es una mujer joven que vive por y para su familia. Es por esta razón que sobrelleva de la mejor forma posible la ausencia temporal de su marido. Y también por la que procura, como cualquier madre amorosa, hacer feliz a su hija, lo que incluye por supuesto que estudie en un buen colegio. Y es precisamente en el colegio donde el peculiar carácter de su pequeña conllevara consecuencias y opiniones que de una forma u otra no podrá eludir. Rhoda sabe bien, o al menos intenta siempre de una forma que pone los pelos de punta, utilizar su supuesta dulzura y buenos modales para apaciguar a los adultos cuando se ve acorralada por algún motivo. Pero la mirada de la pequeña y sus comentarios sacados de un auténtico psicópata no ayudan demasiado a ablandar a aquellos que claramente han tenido la oportunidad de ver su verdadero yo. 

Si bien es verdad que la novela gira en torno a madre e hija, también encontraremos otros personajes secundarios que sin ninguna duda ayudan mucho a la hora de resaltar el carácter de ambas. De hecho, me pareció muy curioso ver el contraste de la pasividad y el modo de negación en el que se encuentra durante buena parte de la historia, Christine y el contrapunto de su hija que no duda en dejarse llevar por su impulsividad, en ocasiones mal disimulada aunque quiera, y como es capaz de debatir con su progenitora como si fuera un adulto. Un adulto frío y nada empático. 

Otra cosa de la que me di cuenta, ya sobre todo hacia el final, es la culpabilidad que se solían autoimponer siempre las mujeres en aquella época. Aunque por desgracia aún hay casos así, en que tendemos a culpabilizarnos por todo, inclusive en casos extremos, por así decirlo, como el que encontramos en la novela y que sobra decir que Christine no tenía ninguna culpa. El final en sí, me pareció predecible, pero teniendo en cuenta el año en que fue escrito el libro, me parece que tiene mucho más merito del que parece, pues hasta donde yo sé, no abundaban las tramas que abordaran este tipo de temas ni tampoco de esta manera, digamos, tan dura y clara. 

Conclusión: Hay ocasiones en que la tierna sonrisa de un niño puede ir unida al comportamiento de un pequeño psicópata. Rhoda sabe que su madre la adora, y está segura que nunca la culpara por obtener lo que desea al precio que sea. 

Nota:

Muy bueno