Título: Daniel. Condenados a entendernos 

Sinopsis: Mi nombre es Mia Sheldon, soy fisioterapeuta y vivo en Manhattan. Mi novio tiene una afición muy, pero que muy «peculiar», y lo he dejado. Me han despedido de la clínica por culpa de un paciente arrogante. Mi coche choca contra otro, con el del «paciente arrogante», el mismo que afirma que me he saltado un semáforo. Me han retirado el permiso de conducir. Me han propuesto trabajar en un balneario de lujo, rodeado de montañas y de un inquietante silencio. ¡He aceptado! Y… ¿a quién me encuentro? Sí, al causante de todos mis males. Un balneario con normas muy estrictas, una fisioterapeuta, un paciente arrogante… ¡Una guerra garantizada! La pregunta es si estamos condenados a odiarnos eternamente o… ¡a entendernos!

Opinión Personal: Mia está casi segura de que la mala suerte la persigue: ha roto con su pareja, la han despedido de un trabajo que le hacía muchísima ilusión como fisioterapeuta... y para rematar, ha chocado su coche con aquel que ella asegura, es el causante de su despido: Daniel, uno de los pacientes de su recién perdido trabajo. Pero como muchas veces ocurre, cuando menos quieres una cosa, o en este caso mejor dicho, persona, Mia se encontrara con "el origen de sus males" en su nuevo empleo en un balneario. ¿Casualidad o destino?

Nos encontramos ante una novela escrita desde el punto de vista de nuestros protagonistas. Viendo en orden cada una de las pequeñas "desgracias" que le acontecen primeramente a Mia para posteriormente introducirnos en la situación actual de Daniel. Él, a diferencia de ella, ha perdido cierta parte de su normalidad diaria trabajando como ingeniero, debido a un accidente de coche por culpa de un conductor borracho que le dejo secuelas en una de sus piernas y que lo obliga a estar en recuperación. Y así es como debido primeramente a un malentendido, la vida de nuestros protagonistas se une, y ahora, "atrapados" en el balneario, donde casualidad tras casualidad no dejan de encontrarse, deberán aceptar si es algo más que recelo y simple atracción, lo que sienten el uno por el otro. 

Lo primero que me gustaría destacar de esta novela, es la forma tan amena en la que está escrita. Eso ayuda muchísimo y te anima a seguir leyendo. Por otra parte, tenemos a los protagonistas. Si os soy sincera, Mia no me cayó demasiado bien desde un inicio, y es que a pesar de que se nos cuenta como ha sido su familia con ella, y como es alguien que ha sabido, y en parte, ha tenido que buscarse la vida y alejarse de ellos, no terminaba de entender su siempre cierto estado de tensión, y porque no decirlo, de mala leche que la acompaña. Y aunque gracias a la presencia de Daniel, su carácter se suaviza un poco, tampoco termine de sentirme del todo conectada con ella. Aun cuando el punto de su familia, y más concretamente de su padre, aportara algunas escenas... algo dramáticas. 

En cuanto a Daniel, me paso un poco al contrario. En un inicio me pareció alguien bastante coherente y correcto, pero esto, a mi parecer, fue opacándose paulatinamente para dejar paso a un Daniel cada vez un poco más cursi. Ya casi llegando a la mitad de la novela, el protagonista no pierde ocasión para mostrar su amor hacia Mia con frases tiernas y algunas un poco más picantes, acompañando a las escenas. 

En general, y a pesar de ello, considero que es una novela bastante entretenida, que cumple con el género al que pertenece, y que tiene un poco de todo. Además de que estoy segura de que el final les gustara a todos, aunque a mí, eso de la constante "magia" seguía pareciéndome algo cursi y repetitivo. Pero esta, es solo mi percepción, por supuesto. 

Conclusión: Un romance entretenido, con ciertos toques de misterio y humor que estoy segura, agradara a los fans del género. 

Nota: