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Sinopsis: Harry, un exmarine, y su mujer, Sasha, han dejado su ajetreada vida en la ciudad para marcharse a vivir de la tierra en un rancho en las montañas de Idaho. Su maravilloso nuevo hogar se halla alrededor de quince hectáreas de campo, álamos y bosques de pinos en el valle de Teton. Aunque sus amigos no comprenden este extraño cambio de vida, Harry y Sasha no pueden estar más emocionados del futuro que están construyendo juntos y sin ayuda de nadie. O al menos hasta que sus vecinos les advierten del espíritu que habita el valle. Uno que, dependiendo de la estación, acecha y cambia de aspecto. Aunque al principio crean que no se trata más que de una superstición local, conforme vayan pasando las estaciones, todo se volverá cada vez más peligroso y siniestro.
Opinión Personal: Hay ocasiones en que aunque uno quiera alejarse de los problemas, estos parecen no solo no disminuir, sino que se les suma otro u otros igual o peores. El matrimonio conformado por el exmarine Harry y Sasha bien podrían confirmar esto, pues nunca se hubieran imaginado que tratando de lidiar con sus fantasmas del pasado, sobre todo él, se terminarían topando en su nuevo rancho, literalmente, con uno de estos seres.
No miento si digo que me ha costado bastante decidirme por donde abordar esta reseña, pues hay muchas cosas que os quisiera contar, pero a su vez, y como es lógico, no voy a destriparos nada a aquellos que aún no hayáis leído el libro. Así que empezaré por lo que considero dio pie a que escogiera esta lectura para este mes de octubre, y por supuesto, como de costumbre, todo ello sin spoilers.
Lo primero que me llamo la atención es el planteamiento de la historia. Me encanta la idea de que un matrimonio de repente se tope con un espíritu estacional, para ser más específicos, dispuesto a hacerles la vida cuadritos a la pareja por el mero hecho de haberse mudado a ese lugar en específico. Porque así es, a las pocas horas de haberse mudado, los ahora vecinos del matrimonio, aun a riesgo de parecer unos locos desquiciados, les informa, o mejor dicho advierte, de la presencia de dicho espíritu, dándoles también una serie de normas, así como unos rituales que deberán hacer en cada estación para protegerse. Pero como os podréis imaginar nuestros protagonistas en un principio no se lo toman demasiado en serio, de hecho, a Harry poco le falta para echarse a reír de forma descarada. Que por cierto, de él ya os hablaré un poco más adelante, porque tela marinera... La cuestión es que pronto entran a la primavera y con ella presenciaran también algo que ni en sueños se hubieran imaginado. Es a partir de aquí que consideraran la advertencia de sus vecinos como algo más que simples supersticiones.
Hay otro detalle que me gusta mucho, y es la historia de dicho espíritu, y que este se presenta y actúa de distintas formas dependiendo de la estación. Eso me parece superoriginal e interesante, pero hasta aquí las cosas que me agradan de la novela. No, esperad, miento, también me gusta mucho el perro, Dash. Y ahora sí, hasta aquí todo lo que me gusto de la novela.
Diría que un ochenta por ciento de la culpa de que la historia no me gustara fue debido a Harry. Puedo entender perfectamente que tenga sus traumas debido a la guerra, de ahí también sus ansias por empezar una nueva vida más tranquila y junto a su esposa lejos de la ciudad, lo que no entiendo es que continuamente y aun viendo lo peligroso que puede llegar a ser el espíritu, se crea que aún es un soldado en activo y trate de terminar con algo que ni siquiera es corpóreo, y por ende, no puedes herir ni destruir de forma digamos... terrenal. Sin olvidar su manía por ir a cazar cada dos por tres para así también comer lo que él, como hombre macho con pelos en el pecho, ha cazado. En serio que solo de recordarlo, me entra mala leche. Y lo peor es que cada dos por tres nos dan ración doble de Harry y sus recuerdos de la guerra, y como no podía ser de otro modo, también nos dan unas clases sobre tipos de armas. Esto de verdad, que me sacaba cada dos por tres de la historia y le quitaba todo el sentido.
En cuanto a la esposa, Sasha, no me caía tan mal, pero tampoco la veía con muchas luces, se limitaba a tratar de que él estuviera bien, porque claro, es el amor de su vida, el macho que la protege. Ya paro, ya, perdonad, pero es que he tenido que aguantarme hasta escribir esto.
El final me parece del todo un sinsentido que termina de cargarse lo poco que aún quedaba en pie de la trama. Creo que con esto, os lo digo todo.
Conclusión: Una historia con una premisa muy interesante, como lo es el hecho de que un espíritu vengativo quiera dañar a unos recién llegados a su territorio. Pero cuya trama se va diluyendo debido, a mi parecer, a la falta de fuerza que se debería haber dado realmente a este punto, y no a los problemas emocionales de uno de los protagonistas.
Nota:
Me tenía buena pinta por la sinopsis, pero una pena que se vaya por esos caminos... Es una lástima cuando se ve que una idea con potencial se pierde en sí misma. ¡Pero buen trabajo con la reseña! Eso claro, un saludo.
ResponderEliminarPues sí, es una auténtica lástima. Y da mucha rabia. Pero en fin... Esperemos que la próxima lectura de este "mes del terror" sea mejor. Un saludo.
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