Autor todoterreno. Abierto a los juegos lingüísticos y a la
lírica más reflexiva; explora sueños y fantasías para adaptarlas a la realidad
digital en la que vivimos. Defensor de un estilo pictórico y provocativo
considera que el empleo de técnicas alternativas de composición diversifica lo
previsible y amplia nuestro horizonte de conocimiento. Sus obras “Pinceladas de
Harmonía” (2014), “El diccionario de JLFJ” (2017) y “Pinceladas de
Harmonía.Con” (2019) así lo atestiguan.
Como director de teatro ha realizado obras colegiales
vanguardistas como “Abracadabrante” (1999), “Entremés psicodélico”(2001),
“Entremés caleidoscópico”(2002) y “Esto no tiene remedio”(2004).
1. 1- Comencemos con una pregunta para “romper el hielo” y que bajo mi punto de vista dice mucho de los autores; un libro que recomendarías, y por qué.
1. 2- ¿Cómo se inició tu amor por las letras?
Tras mis primeras ecolalias
y balbuceos repetitivos, enseguida me enamoré de la letra O. Con ella expresaba
sentimientos de admiración, sorpresa o pena. Pronunciar la O me resultó más
fácil que la H que necesitaba para el acompañamiento de la expresión. Pronunciar
una H muda no me costaba nada. Con quedarme callado bastaba para unificar
grafemas.
Las siguientes letras que
asimilé fueron las A, P y M. Con ellas aprendí a decir “papá” y “mamá”. Después
necesité de la N para pedirles “pan”. Mis progenitores me traían pan tortuga
que chupaba y rechupaba con labios y lengua. Junto a la leche materna, más
dulce por la lactosa, ya iba ganando anticuerpos para protegerme de
enfermedades prevalentes de la infancia. Todo pintaba bien y sabía mejor.
Con la G y la U ya pude
solicitar “agua”. Con la C, a modo de sonido oclusivo velar sordo ante las
vocales A y O, pude avisar de cercana suciedad “caca” o de camuñas “coco”. No
me gustaba ir desastrado por mi mundo.
Como poco a poco iba experimentando
el menester de ir descubriendo más letras de las que enamorarme, fui
abandonando el vicio de llorar, balbucear o emitir sonidos guturales para
pedir. Prefería desarrollar el lenguaje. Me parecía más preciso y precioso.
Por aquella época dejé de
vivir en la cuna y comencé a vivir rápidamente en la morada de las palabras. Empecé
con “pispás”, “pis”, “sí”, ”no”, sino”, “hado”, “hada”, “madrina”, “padrino”, “búfalo”,
“bici”, “velocípedo”, ”merluza”, “boba”, “sopa”, “sopapo”, “buche”, “cheto”,
”concheto”, “Conchita”, tarzángano” y acabé por “electrocefalografista”,
“establecimiento”, “rectifocación”, “dimetilnitrosamina” “otorrinolaringólogo”,”maquillajejeje”,
“electrodoméstico”,”desvenciahijado”, “paralelepípedo”,
“parsihomonimia” y “caleidoscópico”... Algunos de estos palabros, con el tiempo, acabaron ocupando un lugar meritorio en El
diccionario de JLFJ.
Amando las letras que
formaban palabras aprendí después a unirlas de dos en dos: “Empecé por “buenos
días”, “por favor”,”patata caliente”, “proceso cebril”, “leche fría”, “sabor
amargo”, ”Silvia Sobrini”, “muchas gracias”, ”tengo sueño”, ”por supuesto”… Luego
de tres en tres y algunas incluso con signos de puntuación: “Mortadelo y
Filemón”, “¿qué te pasa?”, “¡que te pires!”, “tengo un sueño”, “pienso, luego
existo”, ”pienso para cachorros”, “cachorros de Úbeda”…
Y así fue creciendo mi
sintaxis: a pie, en metro, en autobús, en teleférico, en tranvía, en funicular…
: “Solo sé que no sé nada”, ”nada es para siempre”, “siempre sale el sol”, “sol
que mucho pica, o llueve o graniza”, “granizado de limón con cava”, ”cóncava
superficie del leño”, “leño de acacia sin corteza en las aldeas de sabana”,
“sabana, sabana, esta es tu ocasión”…
Y así hasta ahora. Sí. Amando
y amando letras…pero también sílabas, palabras y oraciones hasta completar
algunas más como: “Un vaso de Mundo Cebras S.L. es un vacío de reflexión para
llenarlo con líquidos de ideas”, “una vez liquidado con agua el jabón del
diagnóstico, la conversación lavaba a su fin”, “la ceremonia de la mirada no
vacía la pieza mirada”, “el arte no existe para comprenderlo, existe para
sentirlo”. Todas las de este último párrafo se incrustaron en párrafos de Pinceladas
de Harmonía.Con.
Las irisaciones del amor
por el lenguaje poseen una tímbrica tersa para la memoria del futuro. Las leyes
de mi amor hacia las letras siguen en vigor: a, b, c, d, e, f, g, h, i, j, ,k,
l, m, n, ñ, o, p, q, r, s, t, u, v, w,
x, y, z. Os amo.
1. 3- Además de haber escrito “Pinceladas de Harmonía.Con” (libro con el que tuve la oportunidad de conocerte) este consta de una primera parte titulada “Pinceladas de Harmonía” que fue publicado en 2014. ¿podrías resumir el concepto básico de ambos, y el porqué del “.Con” del segundo? (esto último me tiene algo intrigada).
Pinceladas de
Harmonía y Pinceladas de Harmonía.Con son un cuadro en nuestra cosmovisión literaria donde las
pinceladas siempre son elegantes y agradables a la vista amén de lumínicas y
brillantes para el entendimiento lector. Una estantería literal y figurada de
figuras retóricas (valga la redundancia más armoniosa) que nos asaltan
imperceptiblemente a lo largo de todo el texto, renombrando conceptos
(”partículas desvinculadas de las rocas”), mezclando con palabras lo esotérico
y mundano, y todo sazonado con “humor léxico”. Y de propina nos gratifican con sentencias
y axiomas diamantíferos (“El humor no interesa tanto de dónde procede sino a
dónde nos transporta”).
Con=Continuación.
1. 4- En el segundo libro podemos apreciar una utilización algo más acurada y rica de la lengua castellana, todo con unos tintes divertidos y de moraleja. ¿Tenías pensado escribirlo así, o fue algo que surgió espontáneamente?
Cuando comienzo
a escribir no existe un plan diseñado de antemano de santo. Aunque hay ideas,
hay influencias y hay apertura perimetral, el poder de las palabras te mueve a
dejarte llevar por ellas ya que básicamente ellas dan forma a los párrafos y
pintan la divertida realidad a seguir. Hay que desatar el nudo de sus emociones
y dejarse seducir por su decir.
Yo pienso antes
de escribir y escribo después de escuchar los sonidos que emiten las palabras.
Por eso en mis libros resulta tan importante la harmonía. Como después solo
queda pintar, dejo que las palabras creen frases; y las frases, párrafos. Y
después los párrafos crean páginas; y las páginas, capítulos o pinceladas. Y
así ponemos el diseño en marcha nupcial.
Los trazos se
van puliendo de modo natural hasta dejar que su trascendencia apunte al tinte
del corazón y mejore nuestra zona de confort. Mis ideas solo son esbozos que
descifran el sabor de la luz dorada de las moralejas. Al final son ellas las
que construyen la realidad de Harmonía; una realidad novedosa que
encauza con meticulosidad lo que está y lo que es.
1. 5- En tu biografía se hace referencia a tu filosofía del amor-humor. ¿Podrías contarnos en que consiste exactamente?
La filosofía del
amor-humor consiste en la respuesta refulgente a los más solemnes interrogantes
de la vida con templanza amorosa y fortaleza humorística. La ética atiende a la
belleza graciosa tanto como la verdad a la optimista existencia. La alegría de
vivir no es un concepto abstracto sino una auténtica noción de concreción
lógica y metodológica.
El amor nos
lleva a conocer mejor nuestras prioridades para mejorar nuestra existencia. El
humor vence necedades, despropósitos e impedimentos y te facilita la terapia de
la fortuna. Los dos conceptos sabiamente harmonizados le dan a la vida la
efervescencia justa. En Harmonía se defiende esta filosofía redentora y
sanadora con minuciosidad estética y trascendencia vital.
1. 6- ¿Qué fue lo que te llevó a crear el mundo de Harmonía?
En un principio,
el anhelo de transbordar la psicodelía de Lennon, el surrealismo de Dalí y el
conceptismo de Quevedo a un universo figurativo propio en forma de libro. El
mosaico de Pinceladas se ha elaborado inicialmente desde la absorción y
transformación del mundo de sueños y fantasías de estos 3 artistas.
A partir de
ellos comienza una labrada fase de experimentación hasta dar con el particular
método de signos propio de la saga de Harmonía; una ebullición de
exploración personal con música, pintura y lírica de ellos y de algunos más: de
mí, de ti, de nosotros y de vosotros.
Las pinceladas
de sonidos contemplativos y climáticos crean un cuadro abstracto de melodías y
ritmos que invitan a la paz y al amor. El libro es un cruce de expresiones de
las que se infieren límpidos significados que generan nuevos espacios de
libertad.
Las letras e
imágenes del mundo harmoniano son un juego de color y voces de interpretación
caleidoscópica que se manifiesta en el espíritu, mente y alma. El lector
percibe el efecto de evasión a través de una nueva experiencia de lectura.
1. 7- ¿Crees que sea posible un mundo así?
Sí.
1. 8- ¿Te sientes identificado con alguno de los personajes de tus novelas?
Con Pérez, el
protagonista homónimo de la alegoría que Daristóbulo cuenta en la ludoteca de Anivderaleva
en el capítulo 14.
La analogía
principal consiste en nuestra re copada capacidad de extender los brazos para
evitar el agarrotamiento y poder así reactivar el flujo sanguíneo, el
atoramiento de las articulaciones y la rigidez muscular.
Los dos gustamos
de gratificar a nuestro cuerpo con un sencillo estiramiento ya que sabemos, por
experiencia ajena, que si la flexibilidad no se cultiva, se acaba descarriando.
Pérez y yo somos
conscientes que en este acto reflejo sorteamos posibles calambres y molestias
con energía y calor. Apoyamos que la sangre circule sin guía por el cuerpo
irrigando el cerebro y los músculos.
Sin duda, un
acto de amor propio que regenera el sistema cardiovascular y estimula la
capacidad anticoagulante siempre será un acto compartido nuestro.
1. 9- Además de escritor, ejerces como profesor y educador en el colegio de Nuestra señora del Pilar de Valencia. ¿Si pudieras dedicarte plenamente a una de estas dos facetas cual seria y por qué?
El profesor es
un charlista que da una clase en el aula sin mayores responsabilidades
sociales.
El educador va
más allá. Se preocupa por los discentes y les guía, motiva y aconseja con
psicología y compromiso. A diferencia del profesor se trata de una relación más
cercana y personal.
A nivel
profesional, actualmente disfruto con las dos facetas dentro del ámbito de la
enseñanza, pero si tuviera que elegir entre una de ellas, preferiría ser
educador antes que profesor.
En un futuro me
gustaría seguir ejerciendo alguna profesión vinculada con la docencia como “encargado
de suministro ético” de una empresa. Dictaminaría con la deontología por encima
del rendimiento económico. Los valores y su cumplimiento orientarían la
relación entre trabajadores, clientes y accionistas.
Otro empleo al
que no le haría ascos sería el de “conciliador entre el hombre y la máquina”.
Desplegaría planes de acciones recíprocas entre robots y humanos combinando sus
diferentes capacidades y destrezas para conseguir que con esta cooperación se
maximice la rentabilidad de cualquier negocio.
1. 10- ¿Cuánto tiempo le dedicas a escribir? ¿Y qué significa para ti la escritura?
Escribo cuando
mis obligaciones familiares y profesionales me dejan.
De todas formas,
hablar del concepto “tiempo” significa instalarnos en un espacio de conjetura
incorpórea que lleva a que la excelsitud transite por una vía semiótica y
deconstructiva en la que particularmente no me pienso desgastar.
Cuando me llegue
tiempo elevado y transparente, ya me prepararé para el bellísimo acto de
escritura con el que podré indagar cada latido del universo.
1. 11- Y ya por último ¿Tienes pensado continuar con la saga de Harmonía?
A la saga de Harmonía
le quedaría un volumen más. No más. NI menos.
La trilogía de Pinceladas
no urge cerrarla con inmediatez. Hay que saborearla sin prisas. La dimensión
onírica de la experiencia harmoniana no exige CONtinuación apremiante para
COMpletar el ciclo.
El estilo
literario de Harmonía invita a la relectura plácida. Desde su musicalidad
retórica y plasticidad visual se puede volver a leer infinitas veces y siempre
será diferente. Así que el tercer libro puede ser el primero; el cuarto, el
segundo; el quinto, otra vez el primero; el sexto, otra vez el segundo y así
sucesivamente hasta la llegada, por fin, de la publicación del tercer y último
“libro convencional”.
Esto es lo gratificante
que tiene la lectura de esta suerte de realismo mágico; que guarda infinidad de
extrañezas y fascinaciones que tendrás que redescubrir. Eso sí; dejándote envolver
una vez más en su fluorescencia misteriosa sin planear en el vacío.
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